sábado, 30 de octubre de 2010

La Dalia negra - James Ellroy


"Recogías borrachos y gente que vivía buscando en la basura, para cumplir con la cuota, sin hacer ninguna discriminación, y les dabas una paliza si intentaban escaparse del furgón. Era un trabajo horrible y asqueroso y los únicos agentes buenos en él eran tipos trasladados de Oklahoma a los que se cogió en el Departamento durante la falta de hombre producida por la guerra. Yo patrullaba pero no me lo tomaba demasiado en serio: rozaba a los tipos con mi porra, sin apretar; les daba calderilla a los borrachos para sacarlos de la calle y meterlos en las tabernas donde no me vería obligado a lidiar con ellos y obtenía cuotas bajas en mis recogidas. Conseguí la reputación de
"El Blando" [...].

Cuando el informe de mi segundo mes terminó con la frase "La conducta pasiva observada por este agente durante sus patrullas le ha ganado la enemistad de todos los policías de su turno que desean mantener el orden", empecé a pensar en darles billetes de cinco dólares a los borrachos y una paliza a cada tipo vestido de azul que me mirara de reojo"

1 comentarios:

Así hablo Zarathustra dijo...

Genial fragmento!

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