miércoles, 29 de septiembre de 2010

La Dalia negra - James Ellroy

"- Tú y Leland compañeros... Te dan ganas de creer en los cuentos de hadas, ¿verdad?
[...]
- No. Soy de los realistas.
- A mí me ocurre lo contrario.
- Ya lo he observado.
- Ha habido suficiente realidad en mi vida como para que me dure siempre.
- Lo sé.
- ¿Quién te lo ha dicho?
- El Express Herald de Los Ángeles.

Kay se rió.

- Entonces, has leído mis recortes de prensa. ¿Alguna conclusión al respecto?
- Sí. Los cuentos de hadas no funcionan.

Kay me guió el ojo como Lee; tuve la sensación de que ella era quien le había enseñado a hacerlo.

- Es por eso que tienes que convertirlos en realidad."

sábado, 25 de septiembre de 2010

Antes del amanecer - Richard Linklater (1995)



***


"Por la mañana seremos historia"


***

"La mayoría de la gente huye del conflicto cuando, para mí, muchas cosas buenas surgen del conflicto"

***

"- ¿Crees en la reencarnación? Vale bien, la mayoría de las personas hablan de sus vidas pasadas y cosas así, y aunque no crean en ello de una forma concreta. No sé, las personas tienen un concepto de un alma eterna, ¿No? Bien, ahí va mi reflexión:
Hace 500 siglos no había ni un millón de personas en el planeta, hará unos 10.000 años había 2 millones tal vez; ahora hay entre 5 o 6 mil millones de personas en el planeta, ¿No? Si todos tenemos nuestra alma individual y única, entonces, ¿De dónde las hemos sacado? ¿Las almas modernas son sólo una fracción de las originarias? Significaría que cada alma se dividió en 5.000 durante solo los últimos 50.000 años que es un periodo de tiempo insignificante.... Así que como mucho somos solo pequeñas fracciones de personas caminando.. ¿Somos tan dispersos por eso? ¿Por eso vamos tan desorientados?
- No lo sé.. no estoy segura...
- Si lo sé, lo sé, es una teoría disparatada..... ¡Y por eso tiene bastante sentido!
- Sí, ¡Estoy de acuerdo!
- Salgamos de este trasto"

jueves, 16 de septiembre de 2010

La Dalia negra - James Ellroy


"Sales de una pelea que acabas de ganar. Empapado de sudor, con el sabor de la sangre en la boca, más alto que las estrellas del cielo, todavía con el deseo de atacar. Los apostadores que han hecho dinero gracias a ti te traen una chica. Una profesional, una que se medio dedica al asunto, una aficionada que está probando el sabor de su propia sangre. Lo haces en el vestidor, o en el asiento trasero del coche que resulta demasiado pequeño para que puedas estirar bien las piernas, y algunas veces rompes la ventanilla de una patada. Acabas de hacerlo y, al salir, la gente se apelotona a tu alrededor para tocarte y vuelves a subir tan rápido como las estrellas. Se convierte en otra parte del juego, el undécimo asalto de un combate a diez. Y cuando vuelves a la vida corriente es como si te debilitaras, como si hubieras perdido algo. [...]


Entré en el coche y fui hacia casa. Me preguntaba si alguna vez le contaría a Kay que no había ninguna mujer en mi vida porque, para mí, el sexo tenía sabor a sangre, a resina y a las barras que se usan para suturar los cortes en el boxeo"

miércoles, 15 de septiembre de 2010

El nombre de la Rosa - Jean-Jacques Annaud (1986)




"Qué pacífica sería la vida sin amor, Adso. Qué segura, qué tranquila, y qué insulsa"

Eternal Sunshine of the spotless mind - Michel Gondry (2004)




"Pensamientos al azar sobre el día de San Valentín de 2004. Es una celebración inventada por los fabricantes de tarjetas de felicitación para que la gente se sienta como una mierda"


"Benditos sean los olvidadizos pues superan incluso sus propios errores. Eso es de Nietzche, Más allá del bien y del mal [...]"

"Hablar sin cesar no significa comunicarse"

"Muchos hombres creen que soy un concepto, o que quizá les complemento, o que voy a darles vida. Solo soy una mujer jodida que busca su paz de espíritu, no me asignes la tuya".

lunes, 13 de septiembre de 2010

El Patrullero 777 - Miguel M. Delgado (1978)



"- ¿Usted sabe lo que es el cuarto poder?

- ¿Y usted sabe lo que es no poder salir del cuarto?
"

domingo, 12 de septiembre de 2010

La Dalia Negra - James Ellroy




"Me sentí diez veces más asustado de lo que jamás había estado en el ring, y no porque el caos estuviera acercándose a nosotros desde todas las direcciones.

Me sentía aterrado, porque, en realidad, los buenos eran los malos."

"Si se tomaba como base el daño que nos habíamos inflingido el uno al otro durante el combate, no había habido ganador"

"Hay gente incapaz de responder adecuadamente a la cortesía"

"Mis aspiraciones políticas están subordinadas a mi deseo de que se haga justicia"

"Y en lo que respecta a sus condolencias, c'est la vie, eso digo yo. Betty pidió bailar y tenía que acabar pagándole a la orquesta. Nada es gratis en esta vida"

"Para ser un hombre cuyo corazón desea coger lo que le gusta, resulta difícil hacerte entender las cosas"

"Añadí que era un ex boxeador, que quizá pronto iba a ser un ex policía, demasiado viejo de espíritu para volver a los combates y demasiado temperamental para llevar una vida de paisano..."

"
`Hizo lo que pudo` No es un mal epitafio".

"[...] Eran mujeres, sitios seguros por los cuales dejar que mi mente se extraviara"

"Me pregunté adónde iría si sólo me quedara mi pasado"

El jardín extranjero - Luis García Montero


Sonata triste para la Luna de Granada


Esta ciudad me mira con tus ojos,
parpadea,
porque ahora después de tanto tiempo
veo otra vez el piano que sale de la casa
y me llega de forma diferente,
huyendo del salón,
abordando las calles
de esta ciudad antigua y tan hermosa
que sigue solitaria como tú la dejaste,
cargando con sus plazas,
entre el cauce perdido del anhelo
y el abrigo del mar.

Si estuvieras aquí
nada hubiese cambiado sino el tiempo,
el cadáver extrañado de sus ríos
que siguen sumergidos
como tú los dejaste.

Ahora
siento otra vez mi cuerpo poblarse de veletas
y lo veo extendido
sobre generaciones de ventanas antiguas
mientras la noche avanza solitaria y perfecta.

Somos de una ciudad
cargada de paciencia,
que no conoce el sueño de los invernaderos,
ni ha vivido la extraña presencia del amor.

Como pequeñas venas
los comercios esperan para abrirse mañana
y el deseo no existe
más allá de la luna de los escaparates.

Hemos soñado ya todos los sueños,
hemos vivido aquí
donde la historia olvida sus raíles vacíos,
donde la paz es negra y se recoge
entre plazas cerradas,
sobre tabernas viejas,
bajo el borde morado del misterio.

Alguna vez soñamos
con un mundo distinto:
era cuando el imperio perdido del azúcar
y llegaban viajeros
al calor de la industria.
Las calles se llenaron de motores rugientes
y la frivolidad
como una enredadera brillante por los ojos
nos ofreció de pronto
templada carne, lámparas de araña.

Parece que os recuerdo
abrazados al mundo entre trajes de hilo,
entre la piel hermosa de una época
que nos dejó sus árboles,
el corazón grabado
sobre las pitilleras, y su dedicatoria
en las fotografías.

Ahora
cuando el destino ya no es una excusa
sino la soledad,
y los cielos están bajo el tejado
como tú los dejaste,
todo recuerda un sueño sucio
de madrugada.

Aquí
no tuvimos batallas sino espera.
La guerra fue un camión que nos buscaba,
detenido en la puerta,
partiendo con sus ojos encendidos
de espía
y al abrigo del mar.
Más tarde
entre canciones tristes de marineros rubios
todo quedó dormido.
De balcón a balcón
oímos la posguerra por la radio,
y lejos,
bajo las cruces frías de las plazas,
ancianas sombras negras paseaban
sosteniendo en las manos
nuestra supervivencia.

Esta ciudad es íntima, hermosamente obscena,
y tus manos son pálidas
latiendo sobre ella
y tu piel amarilla, quemada en el tabaco,
que me recuerda ahora
la luz artificial del alumbrado.

Vuelvo hacia ti. Mi corazón de búho
lo reciben sus piernas.
Como testigos mudos de la historia
acaricio las cúpulas perdidas,
palacios en ruina,
fuentes viejas
que recogen la luna
donde van a esconderse los últimos abrazos.

Verdes en el cansancio
de todas las esquinas
esta ciudad me mira con tus ojos de musgo,
me sorprende tranquila
de amor y me provoca.

Amanece
moradamente un día
que las calles comparten con la lluvia.
La soledad respira más allá
de las grúas
y mi cuerpo se extiende
por una luz en celo que adivina
los labios de la sierra,
la ropa por las torres de Granada.

La madrugada deja
rastros de oscuridad entre las manos.
Oigo
una voz que clarea. Lentamente
los tejados sonríen cada vez más extensos

y así,
como una ola,
entre la nube abierta de todos los suburbios,
esta ciudad se rompe sobre las alamedas,
bajo los picos últimos
donde la nieve aguarda
que suba el mar, que nazca la marea.

***

Gracias Lia.

jueves, 2 de septiembre de 2010

La Pinza Venenosa


Por diversos motivos dejaré de actualizar el blog durante un tiempo.
Volveré pronto, posteando desde Irlanda

Un saludo a tod@s