sábado, 19 de junio de 2010

Las partículas elementales - Michel Houellebecq

"Era evidente que vivíamos en un mundo simplificado. La duquesa de Guermantes tenía mucha menos pasta que Soop Doggy Dog; Snoop Doggy Dog tenía menos pasta que Bill Gates, pero las chicas se mojaban más por él. Dos parámetros, eso era todo. Claro, se podía escribir una novela proustiana jet set donde se enfrentaran la fama y la riqueza, que pusiera en escena los contrastes entre la celebridad de masas y una celebridad más confidencial, para uso y disfrute de los happy few; pero no tendría el menor interés. La fama cultural sólo era un mediocre sucedáneo de la verdadera gloria, la gloria en los medios de comunicación; y ésta, vinculada a la industria del entretenimiento, acumulaba más dinero que cualquir otra actividad humana.

¿Qué eran un baquero, un ministro o un empresario frente a un actor de cine o una estrella de rock? Financiera y sexualmente, y desde todos lo puntos de vista, cero. Las estrategias de distinción que Proust había descrito con tanta sutileza no tenían ningún sentido en la actualidad. Si coniderábamos al hombre como animal jerárquico, como animal contructor de jerarquías, existía la misma relación entre la sociedad contemporánea y el siglo XVIII que entre la torre GAN y el Petit Trianon."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Dorian, es una feliz casualidad. Estoy releyendo estos días el libro de Houellebecq y me está gustando tanto o más que la primera vez.

Me encantan tus fragmentos, un fuerte abrazo.

An Wild dijo...

Pues si que es feliz casualidad, yo lo terminé hace unas semanas, pero no había tenido tiempo de ponerme con los fragmentos.

Justo hoy poniendo este pensaba que si lo leyese otra vez, me gustaría más que la primera. Veo que por tu experiencia podría ser así.

Un abrazo, un placer leerte por aquí :)

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