skip to main |
skip to sidebar
"[...]- El sur de la frontera, el oeste del sol - dijo.- ¿Qué es eso de «el oeste del sol»?- Existe de verdad - dijo- . ¿No has oído hablar de la histeria siberiana?- No.- Lo leí en alguna parte hace tiempo. Creo que cuando iba al instituto. No logro recordar dónde, pero, en fin, era una enfermedad que sufrían los campesinos de Siberia. Imagínatelo: eres un campesino y vives solo en los páramos de Siberia. Trabajas la tierra un día tras otro. A tu alrededor, hasta donde alcanza la vista, no hay nada. El horizonte al norte; el horizonte al este; el horizonte al sur; el horizonte al oeste. Nada más. Todos los días, cuando el sol sube por el este, vas al campo a trabajar. Cuando alcanza el cénit, descansas y comes. Cuando se oculta tras el horizonte, al oeste, vuelves a casa y duermes.- Una vida muy distinta a la de llevar un bar en Aoyama.- Sí - dijo ella sonriendo. Y ladeó un poco la cabeza- . Muy distinta. Y eso, día tras día, año tras año.- Pero, en Siberia, en invierno, no se pueden cultivar los campos.- No, claro - dijo Shimamoto -. Durante el invierno te quedas en casa trabajando en cosas que puedas hacer en el interior. Y, al llegar la primavera, vuelves a salir al campo. Tú eres ese campesino. Imagínatelo.- De acuerdo.- Y entonces, un día, algo muere dentro de ti.- ¿Algo muere? ¿El qué?Ella negó con la cabeza.- No lo sé. Algo. A fuerza de mirar, día tras día, cómo el sol se eleva por el este, cruza el cielo y se hunde por el oeste, algo, dentro de ti, se quiebra y muere. Y tú arrojas el arado al suelo y, con la mente en blanco, emprendes el camino hacia el oeste. Hacia el oeste del sol. Y sigues andando como un poseso, día tras día, sin comer ni beber, hasta que te derrumbas y mueres. Esto es lo que se llama histeria siberiana.Intenté representarme la imagen de un campesino siberiano caído de bruces en el suelo, agonizando.- ¿Qué hay al oeste del sol? - pregunté.Ella volvió a negar con la cabeza.- No lo sé. Tal vez no haya nada. O tal vez sí. [...]"
0 comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenido, ¡Gracias por tu comentario!