lunes, 28 de marzo de 2011

Haruki Murakami - Al Sur de la frontera, al Oeste del Sol

"[...]
- Ya - comenté- . Pero si se construyen tantos edificios, ¿qué pasará con Tokio?
- ¿Qué pasará? Pues que será una ciudad más dinámica, mucho más bonita, más funcional. El aspecto de las ciudades refleja fielmente el estado de su economía.
- Todo eso de que sea más dinámica, más bonita, más funcional, está muy bien. Me parece positivo. Pero las calles de Tokio ya están atestadas de coches. Si aumenta el número de edificios, será imposible circular por las calles. ¿Qué pasará con el agua? Sólo con que no llueva, faltará agua. Y cuando en verano todos los edificios pongan en marcha el aire acondicionado, quizá la energía eléctrica resulte insuficiente. Y nosotros obtenemos la energía del petróleo de Oriente Medio. ¿Qué sucedería si hubiera otra crisis del petróleo?
- Todo eso es asunto del gobierno y del ayuntamiento de Tokio. Para algo pagamos impuestos tan altos. Que vayan pensándoselo los funcionarios salidos de la Universidad de Tokio. Esos tipos siempre se van dando aires, fanfarroneando. Ponen cara de ser ellos quienes mueven el país. Así que, por una vez, no estaría mal que usaran su exquisita cabeza y pensaran un poquito. Yo no lo sé; sólo soy un humilde constructor. Si me hacen un encargo, levanto un edificio. Éste es el principio de la ley de mercado, ¿No es verdad?.

No dije nada. Tampoco había ido allí para discutir con mi suegro sobre la economía japonesa."

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