Tres rosas amarillas
Chejov no creía, jamás había creído, en una vida futura. No creía en nada que no pudiera percibirse a través de cuando menos uno de los cinco sentidos. En consonancia con su concepción de la vida y la escritura, carecía -según confensó en cierta ocasión- de una visión del mundo filosófica, religiosa o política. Cambia todos los meses [...]"
Amor Towles: La autopista Lincoln
Hace 3 horas
0 comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenido, ¡Gracias por tu comentario!