"- Hola, me llamo David
Yo no contesté.
Abrió la bolsa de su almuerzo.
- Tendo sandwiches de mantequilla de cacahuete -dijo-. ¿Tú que tienes?
- Sandwiches de mantequilla de cacahuete.
- También tengo un plátano, y patatas fritas. ¿Quieres patatas fritas?.
Cogí algunas. Tenía un montón, eran crujientes y saladas, el sol brillaba a través de ellas. Estaban buenas.
- ¿Puedo coger algunas más?
- Bueno.
Cogí más.
[...]"
.........................................................................
" [...]
- ¡He dicho que ESTÁS FUERA! - gritó el árbitro.
Entonces supe que no me aceptaban. No me aceptaban ni a mí ni a David. Los otros me querían fuera porque se supone que yo estaba fuera. Sabían que David y yo éramos amigos. Era por culpa de David que a mí no me aceptaban. Mientras salía fuera de la cancha vi a David jugando en tercera base con sus pantalones cortos. Sus calcetines de color azul y amarillo se le habían caido hasta los pies. ¿Por qué me había tenido que elegir a mí? Me había dejado marcado. Aquella tarde después de clase me fui a toda prisa y caminé solo hasta mi casa, sin David. No quería verle otra vez aguantando las palizas de los chicos del colegio o de su madre. No quería escuchar su triste violín. Pero al día siguiente a la hora del almuerzo, cuando se sentó a mi lado, comí de sus patatas fritas"
Seishu Hase: El chico y el perro
Hace 2 horas
2 comentarios:
la próxima vez que tenga dinero para comprarme un libro creo que será este.
Es un libro que te hace reflexionar... al menos conmigo fue asi. Sobretodo al final, no puse ese fragmento para no fastidiarle a nadie la historia, no es nada del otro mundo ese final, pero a mi me resultó muy curioso y bastante bueno. Te lo recomiendo, si.
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