Semper eadem
“¿De dónde te viene, decías, esta extraña tristeza,
Subiendo como el mar sobre la roca negra y desnuda?”
-Cuando nuestro corazón ha hecho una vez su vendimia,
el vivir nos lastima. Es un secreto de todos conocido.
Un dolor muy simple y nada misterioso,
Y, como tu alegría, brillante para todos.
Deja, pues, de buscar, ¡oh bella curiosa!
Y, aunque tu voz sea dulce ¡cállate!
¡Cállate, ignorante! ¡alma siempre enajenada!
¡Boca de risa infantil! Más aun que la Vida,
Deja, deja que mi corazón se embriague con una mentira,
Que se sumerja en tus bellos ojos como en un bello sueño,
Y que dormite largo tiempo a la sombra de tus pestañas.
1 comentarios:
ohh... ese último verso...! W
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