Vivian.- [...] Nos dicen que el Arte hace nos hace amar la Naturaleza más de lo que la amábamos antes; que nos revela sus secretos, y que tras un estudio atento de Corot y Constable vemos cosas en ella que habían escapado a nuestra observación. Mi experiencia personal es que cuanto más estudiamos el Arte menos nos interesa la Naturaleza. Lo que el Arte verdaderamente nos revela es la falta de plan de la Naturaleza, sus curiosas tosquedades, su extraordinaria monotonía, su estado absolutamente inconcluso. La Naturaleza tiene buenas intenciones, por supuesto; pero, como dijo Aristóteles, no sabe hacerlas realidad. [...] Para nosotros es una suerte que la Naturaleza sea tan imperfecta, porque si no fuera así no tendríamos arte. El arte es nuestra protesta enérgica, nuestro intento valeroso de enseñarle a la Naturaleza cuál es su sitio. En cuanto a su infinita variedad, es puro mito. No se encuentra en la Naturaleza misma. Reside en la imaginación, o fantasía, o ceguera cultivada del que la contempla.
Cyril.- Bueno pues no mires el paisaje si no quieres. Puedes tumbarte en la hierba a fumar y charlar.
Vivian.- ¡Es que la Naturaleza es tan incómoda! La hierba está dura y húmeda, llena de bultos y horribles insectos. Hasta el más mísero obrero de Morris sabría hacerte un asiento más cómodo que el que es capaz de hacer la Naturaleza en pleno. [...] Si la Naturaleza hubiera sido cómoda, la humanidad no habría inventado la arquitectura, y yo prefiero las casas antes que la interperie. [...]"
Seishu Hase: El chico y el perro
Hace 10 horas
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