"Pero decía que no sé cómo recibí aquel satori y lo único que puedo hacer es empezar por el principio y tal vez lo averigüe justo en el punto clave de la historia y llegue en volandas al final de este relato escrito sin otro objetivo que el del compañerismo, otra definición (mi preferida) de literatura. La historia contada desde el compañerismo y que transmite religiosidad, o reverencia religiosa acerca de la vida real, en este mundo real en el cual la literatura debería (y aquí lo hace) reflejarse.
En otras palabras, y después de esto me callaré, las historias inventadas y las novelas rosas sobre lo que pasaría SI... son para niños y adultos cretinos que temen reconocerse en un libro igual que temen mirarse al espejo cuando están enfermos o heridos o resacados o locos."
Seishu Hase: El chico y el perro
Hace 10 horas
0 comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenido, ¡Gracias por tu comentario!